¡Ya supéralo! - Reseña crítica - César Lozano
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¡Ya supéralo! - reseña crítica

¡Ya supéralo! Reseña crítica Comienza tu prueba gratuita
Autoayuda y motivación

Este microlibro es un resumen / crítica original basada en el libro: 

Disponible para: Lectura online, lectura en nuestras apps para iPhone/Android y envío por PDF/EPUB/MOBI a Amazon Kindle.

ISBN: 9786073182843

Editorial: Aguilar

Reseña crítica

Nadie dijo que la felicidad es la ausencia de problemas, por eso superar las adversidades se convierte en una necesidad imperiosa para mantener nuestra estabilidad emocional y, por consiguiente, para ser personas alegres. Este fascinante libro de César Lozano te invita a transformar tu vida y dejar atrás la amargura. 

Atrévete a adentrarte en sus páginas y descubre las poderosas herramientas que te ayudarán a adaptarte, superar los obstáculos y encontrar la felicidad. ¡No te pierdas esta oportunidad de vivir una vida plena!

Para discutir hay niveles

Todos tenemos el derecho y hasta diría que la obligación de expresar nuestros sentimientos. Después de una acalorada discusión, donde muchas veces nadie gana o todos perdemos (además de que exponemos nuestra poca madurez al tratar de imponer nuestra verdad), nos quedamos sólo con una sensación lamentable de impotencia y amargura. 

Los terapeutas recomiendan no quedarse con palabras que deben expresarse, pues al paso del tiempo causan estragos en nuestra salud física, mental y emocional; pero muchas veces ignoramos que es necesario saber dónde, cómo, con quién o en ausencia de quién es conveniente decirlas. 

No es lo que digo, es ¡cómo lo digo! lo que más daño causa. No son las palabras, sino la intensidad y la intención de las palabras lo que causa más daño.

¡Ya supéralo! No todos tienen (ni tendrán) el gran corazón que tú tienes. No todos tienen la educación y buenos modales que te caracterizan; hay a quienes, literalmente, les tiene sin cuidado tu vida y tus razones. Sigue tu camino y toma las cosas de quien vienen.

Al calor de una discusión se dificulta la articulación correcta de las palabras, sin embargo, si procuras expresarte bajo las siguientes recomendaciones, seguro que se te facilitará el proceso: 

  • Pregúntate: ¿cuál es la forma menos agresiva para expresar lo que sientes? 
  • Respira profundo para nivelar tus emociones negativas. Es impresionante lo que este hábito puede hacer para no hablar de más y después lidiar con el arrepentimiento. 
  • Habla de hechos, no de suposiciones.
  • Ante una interrupción de tu interlocutor, que puede convertirse en agresor por la rudeza de sus palabras, puedes decir con seguridad y claramente: “Es mi turno de hablar, yo ya te dejé expresarte”. 
  • No hacer caso a las muestras de desprecio, negatividad o invalidación de tus argumentos. Simplemente expresa tu verdad, repite de manera clara, precisa, sin necesidad de dar explicaciones de más, pues a explicación no pedida, acusación manifiesta.
  • En caso de imposibilidad para seguir hablando, es recomendable aplicar el tiempo fuera con frases como: “A lo mejor no estamos en condiciones para seguir hablando de esto…”, “Vamos a darnos un tiempo y platicamos más tarde…”, “Creo que los dos estamos molestos, no es buen momento para seguir con esta discusión”. Cuando se otorga el tiempo fuera es fundamental acordar que el tema no está terminado.

A las palabras se las lleva el viento y nada mejor que recordar que ¡papelito habla! Toma nota de los acuerdos. Probablemente lo percibes como algo fuera de lo normal en una relación de pareja o entre padre e hijo, pero al calor de una discusión la gente suele olvidar sus compromisos.

Procura expresar lo que piensas sin herir o dañar más la relación. No busques confrontar ni hacer menos a nadie; busca comunicarte.

La felicidad

No puedes predecir el futuro, nunca podrás controlar lo que sucede a tu alrededor y lograr que todo sea exactamente como lo planeas, pero sí puedes poner tu mayor esfuerzo en lo que haces. ¡Basta de postergar lo que debes hacer!, eso sí es motivo de infelicidad. 

¡Basta de querer controlar todo lo que piensan o hacen quienes te rodean!, pero sí puedes reaccionar de la mejor manera ante los agravios y diferencias que tienen contigo quienes piensan diferente a tu. 

Y por último: ¡basta de creer que la felicidad está al final de lo que vives! Está en este momento, al cambiar tus pensamientos negativos por positivos, cuando eres agradecido por las bendiciones recibidas, por todo lo que tienes y vives, evitando, lo más posible, la costumbre dañina de quejarnos de todo y por todo.

La felicidad no es ausencia de problemas, es tener buena actitud para enfrentar lo que se presente, procurando mantener armonía y estabilidad. No digas que tu vida no ha sido feliz, tal vez has tenido múltiples adversidades en las que te faltó estabilidad emocional. Sólo recuerda que todo pasa, por más difícil que sea lo que se vive en el momento.

Crea hábitos diarios que te ayuden: agradece, aprecia, adquiere una postura ganadora, agrega una sonrisa. Llena tu vida de acciones y palabras que te conviertan en un motivador innato ¡para que deseen imitarte!

La verdadera felicidad se encuentra cuando llegas a tocar favorablemente la vida de los demás. Para aumentar el nivel de felicidad se requiere esfuerzo.

El rencor

Las facciones del rencoroso demuestran descontento con la vida pues, según él, no recibe lo que merece de parte de los ingratos que no valoran ni agradecen su presencia. Le cambia la cara, cambian sus palabras, cambian sus acciones por acumular tanta basura emocional, fruto de la poca capacidad para interpretar, aceptar o dejar ir las traiciones y sinsabores de quienes en un momento determinado lo afectaron.

Cada vez que te ocurra un sufrimiento, no lo guardes. Deja que suceda pero no lo guardes. Y recuerda la siguiente ley: todo aquello a lo que le des tu atención, crecerá. La atención es un elemento que ayuda al crecimiento.

Nadie dice que es fácil, pero lo más sano y lo mejor es hacerte a un lado cuando una persona te dice que ya no te ama, que no quiere ser tu compañero o compañera de vida. No te llenes de dolor, de rencores y deja que se vaya, mientras más lejos esté de ti, mejor.

Si crees que alimentando tu coraje o tu rencor la persona que se fue sufrirá por tu ausencia, estás equivocado. Cuando alguien decide alejarse de ti, piensa en su felicidad, y si a ti te duele, te mata o lo que sea ¡ya no es su problema! 

Supéralo, esa persona busca su felicidad, y tú ¡debes buscar la tuya! No porque maldigas, lances tu veneno o te concentres en desearle mal a alguien se hará realidad tu ponzoña. Todo en la vida nos deja una lección y el rencor acumulado nos deja enfermedades en el cuerpo y en el alma. 

Todo pasa por algo, y cuando los días no son buenos, cuando las horas llegan con profunda amargura, ¡también pasan!

Antes de cuestionar los actos de una persona, de hacer una acusación o un juicio muy fuerte sobre su conducta, pregúntate si en realidad tienes razón, muchas veces sólo vemos moros con tranchetes y no tenemos toda la información para emitir un juicio valioso. 

Regálate el derecho a la duda cuando encuentres a alguien enojado o distraído, piensa que en ese momento es posible que su actitud se deba a una situación extraordinaria.

Evita ser la víctima por la poca consideración que tienen contigo tu familia, tus amigos o tus compañeros del trabajo. Expresa lo que sientes, habla claro y firme respecto a lo que deseas y lo que necesitas, los demás no tienen por qué adivinar tus pensamientos. 

Antes de actuar como energúmeno ante lo que consideras, sólo tú, una falta de respeto o un descuido imperdonable, reflexiona, respira profundo, si aún quieres reclamar, piensa que nadie es perfecto.

Cuando te dan un adiós definitivo es inútil exigir una explicación o pasarte las horas buscando dónde estuvo la falla. Si te dicen adiós, entiéndelo, pídele a quien tú creas: Dios, el universo o el poder superior, fortaleza y entendimiento; con tu pena o sin ella la vida sigue, enfrenta el dolor y, aunque al principio no lo creas, debes decir: “Algo mejor vendrá para mí”, te aseguramos que si conviertes esta oración en un mantra, ¡funciona!

Evitar la recaída de la dopamina

Tú puedes crear un mejor escenario en tu vida, empieza por creerlo con frases asertivas. Deja de lado el “No puedo”, cambia por el “Seguro que lo lograré”. La imaginación utilizada en forma negativa te daña hasta provocar estados de ansiedad o estrés desmedido. Elige pensamientos positivos, sanos, escenarios de belleza y logro, de realización profesional y bienestar espiritual.

Si ya sabes que tu imaginación es destructiva, ¿para qué la invitas? ¡Estás viendo que la niña es chillona y la pellizcas! Mejor elige pensamientos que te recuerden algo gracioso, una travesura, la broma que hace poco te hizo reír mucho, alguna situación cómica, te darás cuenta de que al llamar esas imágenes sonreirás sin esfuerzo, traerás al presente momentos divertidos de la vida.

No busques la perfección, no existe. Nadie tiene la última palabra, y quien sea tan necio de querer imponer su punto de vista descalificando a los demás, se condena a terminar sus días solo y miserable.

Busca opciones para enfrentar la adversidad. Trata de dar siempre la mejor versión de ti, mantén tu espíritu entusiasta, y si no lo tienes, desde este momento puedes modificar algunos hábitos y ser más positivo, disfruta lo bueno que te rodea y agradece que tienes trabajo, familia, ¡que tienes vida! 

El que busca, encuentra; siempre habrá alternativas para enfrentar los momentos de incertidumbre. Aquí, las “tres P” para resolver conflictos: 

  • Presencia. Si tienes algún problema no evadas tu realidad, hazte presente y sé responsable de tus actos. 
  • Prudencia. No culpes ni juzgues, no descalifiques ni acuses, reflexiona, mantén la calma, sé prudente y asertivo. 
  • Paciencia. Ya pensaste en lo difícil que se presenta la situación, te has responsabilizado de lo que te toca, ahora deja que la paciencia organice tus ideas, sin duda con más calma, paciencia y reflexión las soluciones surgirán poco a poco.

Aléjate de quien se sienta perfecto y se la pasa dando órdenes con gritos y groserías. Los seres humanos somos totalmente imperfectos y quien piense lo contrario, ¡pobre!, no sabe que es ahí donde empieza la imperfección, no aceptando nuestros errores.

El control desmedido

¿Por qué existe en las personas el afán de controlar? 

  • Para demostrar poder. 
  • Por saber más que los demás. 
  • Como expresión del “gran amor que te tengo”. 
  • Para prevenirte de errores que puedes cometer.

A veces perder es ganar. No siempre ganar tiene beneficios. Cuando ganamos una discusión generalmente alguien perdió, y si de ganar se trata, que sea haciendo sentir bien a quien le quitamos una idea. 

Siempre será bueno negociar para que las partes queden conformes. Con personas que no tenemos una relación importante o no tienen gran influencia en nuestra vida, es preferible quedarnos en silencio ante su verdad insistente, aunque muchas veces no estemos de acuerdo. Ganamos una discusión cuando la evitamos y con mayor razón con gente terca, insensible o que le gusta llamar la atención de cualquier forma.

Evita controlar a tu pareja a tal grado que sienta que pierde el dominio de su propia vida. No tienes derecho a quitar de su vida lo que para ella o para él es importante siempre y cuando no afecte tu relación ni a tu familia. ¿Con qué derecho le impides aprender sus propias lecciones creyendo que tienes la verdad absoluta? 

Sugerir siempre es mejor que imponer. Una sugerencia fundamentada, con argumentos, previamente razonada, donde se analizaron los pros y los contras considerando la opinión de la otra persona. No impongas, ¡negocia! 

Utiliza el lenguaje del amor, no del miedo. Si deseas un cambio que consideras fundamental para seguir con quien significa tanto para ti, nunca olvides que el mejor lenguaje es el basado en el amor, no en el miedo, que generalmente va lleno de gritos, reclamos, amenazas, críticas infundadas y la profunda sensación de coraje, soledad y poco entendimiento. 

El lenguaje del amor es el que se fundamenta en la compasión, el diálogo, el respeto, la escucha activa y la consideración. Deja que los demás expresen sus ideas, sus sentimientos, sus formas de sentir y entender la vida. 

Si eres una persona inteligente, te darás cuenta de que es posible aprender de todos los seres humanos. Del necio a no insistir con terquedades, del envidioso a no imitarlo, del controlador a permitir que los demás expresen sus puntos de vista.

Cuando dejas de ser controlador compulsivo te conviertes en un ser humano confiable, digno de respeto, incluso habrá quienes se acerquen a ti para saber tu opinión sobre alguna dificultad que atraviesan. Aprender a dialogar es aprender a vivir.

Notas finales

Hay que adaptarse y dejar que fluya lo que no se puede modificar, decidir aceptar a la gente como es, aprender las lecciones para no repetirlas más y poner distancia emocional o física a quienes no merecen estar en tu círculo cercano.

La gente es como es y punto. Cada quien decide lo que le gusta o le conviene. Tú no tienes el derecho de arreglar o modificar la vida de los demás. Arregla primero la tuya. ¡Sopas!

Para bien o para mal las personas cambian con el tiempo. Y con los cambios modifican sus hábitos y su forma de pensar, no tienen por qué adecuarse a tus cambios o a tus pensamientos. Cambiar nuestra conducta, nuestras ideas o nuestros proyectos habla de evolución y crecimiento espiritual. 

La opinión y cómo reaccionamos ante sucesos determinantes en la vida es una decisión individual. Todo cambia en la vida y el tiempo marca la evolución. Cambian los pensamientos, cambian los proyectos y cambian las ideas. Las personas cambian y cada quien es libre de pensar como le convenga.

Consejo de 12min

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¿Quién escribió el libro?

Conferencista internacional, conductor de TV y autor. Conduce con gran éxito el programa de radio "Por el Placer de Vivir" en mas de 145 estaciones de radio en Méx... (Lea mas)

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